hijo de
ejecutado politico dice Adios a su padre
y a los ejecutados de
Tierra del Fuego de 1973
Alocución de despedida de Iván González a los ejecutados de Tierra del Fuego en 1973.
Cementerio de Porvenir , 1 de Noviembre de 2003.
Homenaje organizado la Agrupación de DDHH S. Allende.
Señoras y señores, seré muy breve en mis palabras ya
que espero puedan interpretar aún mas la emoción que me cubre al estar hoy acá
junto a los que compartieron los últimos momentos junto a mi padre, pero no por
ello voy a dejar de nombrarlos y mantenerlos siempre en mi recuerdo: Germán
Cárcamo Carrasco y Carlos Baigorri Hernández. A ellos
mi respeto y mi afecto.
Serán ellos por toda la eternidad,
los testigos silentes del destino que quiso que sus vidas convergieran y formaran
un vinculo común e indestructible. Junto a los dos
descansa Jorge Parra Alarcón cuya historia se junta por una misma causa.
Ese mismo destino nos reúne hoy a nosotros para
brindarles el merecido adiós que en su momento fue negado, pero que el tiempo y
la providencia se encarga de ordenar y establecer los
momentos adecuados y oportunos para enmendar las faltas del pasado.
Mi padre, Ramón González Ortega,
no comparte con ellos el lugar en donde les fue asignado para su descanso
eterno, ya que sus restos mortales reposan hoy en la ciudad de Chillán, en su
tierra natal, lugar en que siempre quiso estar para su sueño perenne. Su hijo
menor se presenta ante ustedes y eleva la voz en su nombre.
Todos sabemos bien por que estamos junto a
ellos, recordándolos, quienes fueron, que fue de sus vidas. No es necesario
agregar mas acápites a una etapa en que fueron
victimas de circunstancias incomprensibles y que aun hoy buscamos respuesta.
Nadie, absolutamente nadie tiene a la mano el poder suficiente para cegar la
vida de los hombres, creyendo que existen motivos superiores que los motivan, y
así justificar lo injustificable.
Nada podrá resarcir el daño que
hemos sufrido, nadie podrá darnos una respuesta coherente y satisfactoria a
nuestras preguntas, la mente humana no puede encontrar explicación y menos aun
justificación a la muerte sufrida en estas condiciones. Aceptarlo es
enfrentarse al horror y la deshumanización.
A los
familiares les fue negada la posibilidad de saber el por qué de sus muertes, la
imposibilidad de ver sus cuerpos,
enterrar dignamente sus restos y expresar libremente el dolor que les aquejaba,
imposibilidad de vivir el rito del duelo sin miedo y
asumir la pena de la muerte; en definitiva, al igual que ellos nos quedamos sin
voz y con el alma en mil pedazos. Yo me pregunto, ¿cómo se repara el alma, cómo
se hace?.
Si ustedes me permiten quisiera
finalizar mis palabras dirigiendo una palabras a mi
padre.
Papá, palabra simple y sencilla
que jamás tuve ni voy a tener oportunidad de dirigirte mientras yo tenga vida.
Aquí, con la frente en alto te digo, que mama te ama y te recuerda y que cuando
Dios disponga la esperes con los brazos abiertos ya que ella no te ha olvidado.
Ricardo, tu hijo mayor necesita la fortaleza que puedas brindarle para soportar
tu ausencia, Carmen, tu hija mayor, necesita de los sabios consejos que siempre
supiste darle, Carolina, tu hija menor, te ama y extraña los juegos que
inventabas para ella y yo, tu hijo menor, te digo gracias por ser quien fuiste,
que me siento orgulloso de ser tu hijo y que cuides y protejas la familia ya
que sin ellos, entonces, ya no me quedaría nada.
Amigos de Porvenir, la verdad es
una sola, no existen dos verdades para un mismo hecho y la verdad de lo que
aquí yace es irrefutable. Los insto a reflexionar sobre lo sucedido, que
aconteció aquí en Magallanes, frente a nosotros y no olvidarlos, de ser
testigos de la verdad y propagarla, ya que en caso contrario, ésta se
encontraría tergiversada e incompleta.
Espero que en cuanto he dicho, también refleje el sentimiento de los familiares de Carlos Baigorri, Germán Cárcamo y Jorge Parra. Si he faltado en algo espero sepan entenderme y perdonarme.
Iván González Toro.
Porvenir, 1 de noviembre de 2003.
Ø
Prisioneros
políticos ejecutados en Tierra del Fuego