El
Hachero. Isla Dawson, 1974.
Xilografía
Héctor Aviles
Este grabado muestra el trabajo más común
que casi todos los prisioneros
tuvimos que hacer – cortar árboles para hacer leña.
Nos escoltaban temprano en la mañana después de un magro "desayuno",
con nuestras herramientas, hasta el bosque que quedaba a unos dos kilómetros
del campo de concentración. Allí cortábamos
árboles, lo cuales debíamos trozarlos
a unos cuatro metros de largo y partirlos en rajones. Después teníamos
transportar estos rajones al hombro
hasta el campamento. Allí eran aserrados para usarlos como leña en las
barracas, la cocina y comedores y en las dependencias de la guardia (que
consumía mas de la mitad de la leña).
En
el hachero del grabado, muestro la tenida normal que casi todos usábamos en
estas tareas: jeans, sweter y botas (los que tenían), además del infaltable
gorro de lana. El gorro también servia
para proteger el hombro cuando llevábamos los ásperos y pesados rajones de
regreso al campamento.
Esta
xilografía también muestra aquel roble
o coigüe que fuera cortado muchos años atrás con motosierra, olvidado en medio
de ese bosque que después sería quemado, Quizá, cuántos años pasaron para
queese renuevo pudiera crecer desde el centro de un tronco dado por muerto. Un
símbolo de esperanza. Allí está, detrás del hachero, estaba en la pasada a la
entrada del bosque, estorbando el paso, pero ningún hachero intentó siquiera
tocar ese renuevo que crecía joven, sano y fuerte - recuperado de la muerte.
Pasábamos junto a él con nuestras herramientas al entrar al bosque y pasábamos
por el otro lado al salir cargando los rajones de madera. Ahora, más de un
cuarto de siglo de ese entonces, debe ser un grande y orgulloso árbol.